La costa de Barcelona,en el pasado difería mucho de la que podemos ver hoy en día,y posiblemente diferirá bastante de la que podamos ver de aquí a unos años,debido a los procesos erosivos y sedimentarios de sus costas. Tanto es así,que si estuviésemos en aquella época en la playa de la Ciudad Condal,podríamos divisar una isla mar adentro. No,no es ninguna isla mítica,sino la isla de Maians.

Durante la baja Edad Media,Barcelona no tenía un puerto delante de su costa,tal y como lo conocemos en la actualidad. De hecho,el puerto estaba situado en la parte sur de Montjuïc,donde existía una rada entre la montaña de Montjuïc y la costa,la cual estaba mucho más alejada (posiblemente se ubicase a la altura de la Gran Vía) que permitía el amarre de los barcos. Posteriormente,y debido a la actividad de avance del delta del Llobregat (2 m. al año de media),fue rápidamente colmatándose y dejándolo sin servicio.
En la parte norte,la costa recibía los sedimentos del río Besós,los cuales eran redistribuidos por las corrientes Norte-Sur dominantes en la costa barcelonesa. Estas corrientes,que llegaban paralelas a la costa hasta los pies de Montjuïc (el cual ejercía de barrera a los sedimentos),cerraron con una barrera de arena las antiguas marismas del Cagalell y formaron un islote de arena que sobresalía de la superficie del mar,a un centenar de metros de la costa.

Al cenagarse progresivamente el puerto «titular» de la parte sur de Montjuïc,los mercaderes debían varar sus naves en la playa que había justo delante de la ciudad y desde ahí descargar las mercancías…,si podían,claro. Los temporales de Levante atacaban duramente las playas de Barcelona (exactamente igual que hoy en día) y los navegantes pidieron que se hiciese un puerto de resguardo realmente eficaz.
En 1438,Alfonso V el Magnánimo dio el visto bueno a las autoridades barcelonesas para la creación de un muelle en la playa. Por lo visto,la obra no estuvo bien comenzada y en 1447,se encargó un nuevo proyecto de muelle al ingeniero de Alejandría,Stasio. Sin embargo,no fue hasta el 20 de septiembre de 1477 cuando Juan II puso la primera piedra del muelle transversal a la costa,que permitió amarrar naves con una cierta seguridad.
Tanto éxito tuvo,que el 16 de noviembre de 1484 se inauguró las obras para el alargue del muelle hacia el este hasta la isla de Maians,uniéndola entonces con el continente. En los siglos posteriores,el muelle (llamado Moll de la Santa Creu) fue alargándose progresivamente hacia el sur,creando un recinto cerrado al norte y este,pero abierto al sur,germen del actual puerto de Barcelona.

La isla de Maians,al quedar de esta forma a barlovento del muelle,el cual interceptaba las corrientes del norte cargada con arenas provenientes del Besós,acabó por desaparecer por colmatación. Esta zona de sedimentación de arenas,empezó a extenderse según se extendía el muelle durante los siglos posteriores,haciendo una zona de tierra firme ocupada por cabañas de pescadores. Posteriormente,esta zona fue ocupada por los desahuciados del derribo del barrio de la Ribera afectados por la construcción de la Ciudadela tras el 1714,siendo el germen del actual barrio de la Barceloneta.
