Al comienzo de la calle Riera Alta,entrando desde la ronda St. Antoni,se abre un pequeño espacio público donde el filósofo René Descartes habría estado encantado de residir. Porque Descartes,que hizo de la duda su método filosófico,llegó a la conclusión que existía porque dudaba. De aquí viene su célebre sentencia «pienso,luego existo».
Y es que la placita se llama precisamente del Dubte,tal y como consta en la placa del nomenclator. Es curioso que,justo debajo,sobrevive otra placa más antigua con la inscripción de «calle de La Duda». Lo que aparentemente es una contradicción deja de serlo cuando se escarba un poco en la historia del lugar o cuando se recuerda perfectamente que se encontraba allí antes de ser una plaza.

FOTO: GLORIX
La calle de La Duda era la más corta de la ciudad. Tenía 12 metros de largo y competía directamente con la calle Anisadeta,al lado de Sta. M. del Mar. Era un pequeño carrerón que separaba dos edificios,el que todavía hace esquina en la plaza con las calles Príncep de Viana,Cendra y otro que ya ha desaparecido. La demolición de esta calle,en el año 1995,es lo que dio origen a la plaza actual.

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La calle de La Duda,según los testimonios que han llegado hasta nuestros días,no tenía nada especial excepto una fuente de dos bocas. Y es este doble surtidor el que,según el folklorista Joan Amades,dio origen a un nombre tan original. Parece que la denominación se remonta a una antigua disputa entre tres campesinos. Cada uno afirmaba que el agua de la fuente procedía de sus tierras. Siempre según Amades,como que este punto no se pudo comprobar con seguridad,quedó la duda,de manera que primero la fuente y más tarde la calle fueron bautizadas así.
La calle y la fuente desaparecieron con el derribo de la finca que ocupaba la plaza actual,todo y que se ha conservado,como en otros casos,la antigua placa que indica que formaba parte del «distrito 3» y del «barrio 2». Por lo que parece,una casa de citas conocida como «El Rápido» desarrollaba su actividad en el edificio. Los amantes furtivos entraban por la calle Príncep de Viana y salían por una puerta estrecha al lado de la fuente.
La obertura de la plaza ha permitido que se haya rehabilitado el acceso al edificio para una actividad comercial en la fachada superviviente de la calle de La Duda.