Estamos a punto de finalizar nuestra visita por el subsuelo del Museu d’Història de Barcelona,por el barrio de talleres y factorías,y una vez dejamos atrás la factoría de garum y salazón de pescado,entramos en una importante instalación vinícola de los siglos III y IV de nuestra era.

El vino,junto con el aceite y el trigo,era un componente básico de la dieta romana,y Bárcino y los territorios de su entorno,un importante centro productor.

Lo primero que nos encontramos al iniciar esta parte de la visita es el lacus de decantación,con un revestimiento de opus signinum,que se utilizaba para realizar el trasvase del mosto desde la parte alta,mediante unas conducciones bien visibles,hasta la zona de los depósitos.

A la izquierda,un pavimento de baldosas muy bien conservado,con pendiente,que se debía hacer servir para desplazar las botas de madera hasta el exterior.

A continuación se pueden ver diversos lacus de fermentación y más adelante unos cimientos que han sido identificados como de una prensa.

Al final del pasillo que estamos recorriendo,nos encontramos posiblemente con la parte mejor conservada de todos los talleres y factorías,una cella vinaria (depósito para el vino),que dispone de 11 depósitos de dolia,parcialmente enterrados,y recubiertos interiormente de resinas para hacerlos más estancos.
