LA DOMUS DE AVINYÓ

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Barcino,la ciudad romana que fundó el emperador Augusto,origen de la actual Barcelona,no es Roma,pero los continuos descubrimientos de este periodo y la puesta en valor del patrimonio que ha llegado hasta nosotros hacen que,a veces lo parezca. La recuperación para la ciudad de la llamada Domus de Avinyó,restos arqueológicos localizados bajo un edificio municipal situado en la calle Avinyó y que pertenecen a una casa cuyo origen se remonta al siglo I y que estuvo en uso hasta el siglo IV ha sido muy importante.

Entre los restos que se pueden ver destaca un excepcional conjunto de pintura mural,único hasta el momento en Hispania,perteneciente al IV estilo pompeyano,recuperado tras una complicada labor de restauración que permite ver cómo era en el momento en el que fue pintado por un artista «que el dueño de la vivienda hizo venir directamente de la península itálica»,tal y como explica Carme Miró,responsable del Pla Barcino. Y es que,como ocurre con las otras cinco domus excavadas de la Barcelona romana,el dueño era un patricio con un alto poder adquisitivo.

Los restos,localizados en 2004 pero cerrados al público hasta 2015,pertenecen al flanco suroeste de Barcino,una de las zonas con menos restos hallados de la colonia romana. El acceso a este espacio musealizado (que contó con una dotación de 400.000 euros para su restauración) se ha dotado de un cierto ritual,diferenciando el exterior del interior. Por eso,el visitante encuentra antes de acceder al interior,en una zona del edificio actual,un bajorrelieve a tamaño natural de un joven que lanza al suelo lo que lleva en su capazo. «Estamos en el suburbium,el lugar fuera de la muralla donde los romanos de Barcino se desprendían de sus desechos»,explica Miró. Luego se pasa a una zona situada bajo la muralla que protege una segunda figura de un soldado,lanza en mano. Poco antes de entrar una tercera figura representa a una mujer que lleva un cesto con panes bajo el brazo. «Ahora estamos en el intervallum que recorría la muralla por su interior para favorecer un acceso rápido a cualquier lugar de la ciudad. La mujer explica que en esta domus se ha localizado el que puede ser el primer molino y horno de pan de toda la ciudad»,puntualiza Miró. Por fin,se accede,casi a oscuras,al espacio musealizado. En un video proyectado en una pantalla enorme se explica cómo era la ciudad de Barcino en el siglo I,a partir de una recreación en la que varios actores dan vida a ciudadanos romanos. También se puede ver cómo serían algunas de las otras cinco domus de la ciudad,como las de St. Miquel,St. Iu,St. Honorat,la del Palacio Arzobispal,la de Bisbe Caçador,situada bajo el Archivo Administrativo. Tras el visionado se ilumina la enorme pintura mural (que en realidad estaba situada en el techo de una de las estancias de la casa) posible gracias al trabajo de restauración realizado por Lidia Font y su equipo del Muhba.

Los restos que pueden verse desde un mirador corresponden a tres habitaciones,dos forman parte de un triclinium o sala de banquetes,deducido por las marcas de las camas (lectus) colocadas en forma de U que se han conservado en el pavimento de mosaico realizado con opus teselatum (pequeñas piezas de mármol blanco y negro) o con opus sectile (grandes baldosas también de mármol).

La tercera es un cubiculum o cámara del señor. «Una especie de despacho donde el dueño trabajaba y recibía»,aclara Miró,tras remarcar que en esta presentación no se ha escatimado en el uso del latín,la lengua que hablaban y escribían los romanos barceloneses que allí vivieron. Todas las estancias mirarían hacia un patio interior porticado que daría luz a las habitaciones. En el techo del cubiculum es donde estaría situada la enorme pintura a base de motivos florales y geométricos que en una de sus partes representa el rapto de Ganímedes, «el más bello de los mortales»,según Homero y que simboliza «la belleza,la eternidad,el amor homosexual y la libertad».

Como si el recinto fuese una especie de cámara acorazada donde se exhiben joyas se ha colocado otras cinco vitrinas en las que se pueden ver fragmentos de otras pinturas de esta casa, todas de una gran calidad técnica,compositiva y cromática. En una,se identifica la imagen de un joven desnudo y alado que lleva un arco,mientras que en otra se ha identificado a la musa Terpsicore,la de la danza y el canto coral que aparece tocando una lira,el resto se representaron arquitecturas ficticias para dar un cierto efecto de trampantojo.

¿Qué se sabe del propietario de la vivienda?. En un grafiti que se realizó en la fachada de la vivienda se puede leer Lucinus Secundus. «Hay teorías que aseguran que podría ser el nombre del propietario de la vivienda,pero no está totalmente comprobado»,explica Miró.